La adolescencia es la etapa ideal para empezar a disfrutar de sus múltiples ventajas. Por eso, a los adolescentes les empieza a gustar verse atractivos, comienza la coquetería y, según las modas, en ocasiones los anteojos empiezan a ser un elemento que no encaja con su look.
En la adolescencia muchos jóvenes empiezan a pedir a sus padres el abandono de los anteojos y el paso a las lentes de contacto. Algunos padres se muestran reacios, porque piensan que aún son muy jóvenes, pero las lentes de contacto ofrecen una visión perfecta sea cual sea la edad del usuario.
En esta etapa, los jóvenes son capaces de asumir más responsabilidades que cuando eran niños. Ocuparse de las lentes de contacto no les supone ningún problema, ya que su mantenimiento resulta muy fácil. Además, los adolescentes prestan gran atención a su aspecto y muchos optan por las lentes de contacto porque no les gusta salir de casa con anteojos.
La mayoría de los jóvenes practica algún deporte y las lentes de contacto ofrecen una visión más estable y un campo de visión más amplio que los anteojos. Además, tampoco se empañan ni hay riesgo de que se caigan durante un partido. La mayoría de las personas que necesitan corrección óptica pueden llevar lentes de contacto sin problemas. Los nuevos materiales y técnicas de fabricación han hecho que las lentes sean más cómodas, seguras y fáciles de usar. Sin embargo, en algunos casos, la existencia de un problema visual podría dificultar el uso de lentes de contacto, así como la tendencia a padecer conjuntivitis, infecciones oculares o sequedad, o el hecho de trabajar en un ambiente lleno de polvo o productos químicos.
Descubrirán un mundo de ventajas:
No modifican su apariencia.
Garantizan una calidad visual insuperable.
Ofrecen libertad para hacer deporte.
Resultan muy cómodas.
Su mantenimiento es muy sencillo.
Son fáciles de colocar.
Su uso apenas entraña riesgos.
Protegen frente a la radiación ultravioleta.
Claves para su buen uso:
La mayoría de los problemas asociados a las lentes de contacto son consecuencia de prácticas incorrectas por parte del usuario. Por eso, los adolescentes deben tener siempre presentes estas cinco simples recomendaciones:
No exceder los plazos de reemplazo de las lentes desechables ni usarlas más tiempo del recomendado.
Seguir las instrucciones del óptico en cuanto al manejo y limpieza de las lentes de contacto.
Tener cuidado de no rayarlas o usarlas sucias.
Nunca compartirlas con otra persona, ya que esa práctica incrementa el riesgo de infecciones oculares.
No dormir con ellas. Ni todas las lentes están diseñadas para el uso nocturno, ni todas las personas se puede adaptar a esta modalidad, incluso con las lentes adecuadas.